martes, 16 de julio de 2013

La muerte tan viva.


Quizá por ser la única certeza de la vida es que no puede adivinarse... el anciano que empieza a vivir, el niño que muere, la certeza de estos tiempos inciertos.


Y fue tan breve su presencia, que parece tan solo haber rozado la vida, pero algunas de las vidas que llevaban un poco más de tiempo por este lugar, parecen tener ese breve roce como lo más profundo de su existencia. La brevedad que deja de serlo mientras el pensamiento la extiende en el recuerdo. 

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